Ecclesiastes 10

Excelencia de la sabiduría

1Moscas muertas infectan y corrompen el ungüento del perfumista; así una leve locura es mengua de la sabiduría y de la gloria.

2
2. La sensibilidad ha de estar sometida a la razón iluminada por la fe. De lo contrario los sentimientos nos engañan llevándonos, según el estado de ánimo, al exceso de generosidad… o de lo contrario.
El corazón del sabio está en su mano derecha,

el del necio en su izquierda.

3Por cualquier camino que vaya el necio le falta el tino, y declara a cada uno que es un necio.

4No dejes tu lugar si la ira del que manda se enciende contra ti; porque la mansedumbre calma graves errores.

5Hay un mal que he visto debajo del sol, una especie de errores que provienen del príncipe: 6
6. Véase versículos 16 s.; Proverbios 19, 10; 28, 12; 29, 2; 30, 22. Norma de sabiduría política como las del Salmo 100. Platón combatía ya la demagogia, en que gobierna “el mayor número de los peores”.
la necedad elevada a los puestos más altos, y los señores sentados abajo.
7Vi a esclavos ir a caballo, y a príncipes andar sobre la tierra como esclavos.

8
8. Es como la ley del talión que hace recaer sobre el culpable su falta. Véase Proverbios 26, 27; Eclesiástico 27, 29.
Quien cava una fosa, en ella caerá,

y quien destruye un vallado le muerde la serpiente.

9El que rueda piedras se lastima con ellas,

y quien parte leña corre peligro de herirse.

10
10. El sentido es que la dificultad aguza el ingenio. “La necesidad es la madre del progreso”, dice el refrán.
Si el hierro se embota y no se aguza el filo, se requiere mayor esfuerzo, pero la sabiduría halla la ventaja.

11
11. San Jerónimo vierte: El que de otro dice mal en secreto, es como una serpiente que muerde sin ruido; y comenta: “Pero me diréis: «Yo no murmuro; si los otros lo hacen, ¿qué puedo yo hacer? ¿Heles, por ventura, de tapar la boca?» Todas estas excusas inventamos para colorear nuestros pecados. Pues a Cristo no podemos engañarlo con maña ni artificio. Y esto no es mi sentencia, sino la del Apóstol, que dice: «No queráis errar; Dios no se deja burlar.» Porque Él ve los corazones y nosotros solo el semblante” (Ad Rust. 19).
Si muerde la serpiente por fallar el encantamiento, ¿qué provecho tiene el encantador?

12En la boca del sabio las palabras son llenas de gracia,

mas al necio le devoran sus labios.

13El principio de las palabras de su boca es necedad,

y el fin de su hablar es locura perniciosa.

14
14. Habla mucho, y piensa poco. Es el tipo del hombre moderno. “Los vasos vacíos son muy sonoros; y del mismo modo los que tienen poco talento, son muy habladores” (Laertius, lib. VII).
El necio habla mucho. Ignora el hombre lo que pasó; y lo que después de él sucederá ¿quién se lo manifiesta?

15
15. El necio siempre está afanado, porque, como nunca llega a su objeto, de nuevo comienza sin cesar, y no acaba de aprender siquiera las cosas más sencillas.
Al necio le fatigan sus afanes,

ni siquiera sabe por dónde se va a la ciudad.

16¡Ay de ti, país, cuando por rey tienes a un niño, y tus príncipes banquetean ya a la mañana!

17¡Dichoso tú, oh, país, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su tiempo, para sustentarse, y no para embriagarse!

18A causa de la pereza se desploma la techumbre, y por flojedad de manos será toda la casa una gotera.

19Para gozar se hacen convites; el vino hace alegre la vida, y la plata sirve para todo.

20Ni aun en tu pensamiento maldigas al rey,

y ni siquiera en el interior de tu alcoba hables mal del poderoso,

porque un pájaro del cielo puede llevar tus palabras

y denunciarte un alado.
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